En el centro, el ignorante convirtiéndose en buscador,
representado por el árbol sujetado a las sogas, que lo intentan guiar para que
crezca recto, sin nunca pronunciarse contra nada, sin ninguna queja, ateniéndose
a lo impuesto desde fuera, dejándose llevar por la corriente.
En el grabado, está representado el buscador de los primeros
tiempos: alineado con su tutor, pero aun así luchando.
Las sogas no han conseguido someterlo y desborda en la copa
en su plena expansión.
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