sábado, 23 de abril de 2011

Escenas en Granada



1.

Calle Elvira. Se oye el murmullo de múltiples personas que van hacia Plaza Nueva, el Paseo de los tristes, las callejuelas peatonales del centro para ver alguna procesión... Estamos en el cruce de esta calle con la "calle de las teterías" donde hay una librería religiosa que también vende libros de divulgación científica de psicología y un turco donde más adelante pruebo el falafel por primera vez. En el suelo hay una berenjena aplastada, con todas las vísceras verdes y marrones esparcidas por el suelo. Al principio uno se confunde con una defecación algo rica en fibra, pero al ver el color morado de la cáscara se ve que indudablemente es una berenjena. Nos dirigimos a recoger a una amiga a la que el autobús dejará cerca de los italianos (se dice que la mejor heladería de Granada) en Gran Vía, desde la que se oyen silbidos y canciones obscenas de un grupo de trabajadores en manifestación.

"Te va a votaaar te va a votaaaar te va a votar tu puta maaaaadre"--> ejemplo de canción

- ARGHHHHHH AHHH- una mujer francesa grita mientras se desliza un poco por la calle empedrada al tropezar con el escremento-berenjena.
-Cést la vie -le comenta su compañera

2.

Parece que la amiga de mi amigo se va a retrasar, los autobuses no pueden subir a gran vía por la manifestación. Nos tomamos un helado en un portal. Volvemos a subir a la calle de las teterías para pasear un poco y ojear de refilón algunos objetos hippies. Nos paramos en un recoveco, mi amigo motrileño me está contando algo especialmente importante y quiero centrar toda mi atención en ello. Mientras, una abuela gitana, sube la calle con esfuerzo agarrada a un bastón.

La historia que me cuenta pasa de gris a negruzco y nos damos un gran abrazo cargado de amistad, comprensión, apoyo y cariño.

- Aaaaaay- dice una voz ronca de mujer- ¡jaaaaaay! ¡Hay que quererse!

3.

Volvemos a gran vía a esperar. Hay un hippie paseando un perro mediano-grande con una correa y un cachorrillo que le sigue. El cachorrillo pega un salto grande y se queda encajado entre los setos que rodean un árbol. El perrito feliz, o con esa cara risueña con la lengua fuera que nosotros imaginamos que es feliz (váyase usted a saber cómo es en realidad), mueve las patas en un balanceo cómico, pero sigue encajado. No ladra, no se zarandea con violencia, parece disfrutar del vaivén de subir y bajar las patitas.

El dueño hippie se da cuenta de que le falta un cánido y no tarda en encontrarlo. Se acerca al perrito perdido en el seto y se arrodilla junto a él.
- ¿Qué haces ahí tío? -dice con voz como dejada. Y se espera riendo hasta que el perrito decide salir por fin del seto.

4.

Ya es mediodía. Hace calor. Estamos sentadas en un escalón ancho a la sombra de un edificio, esperando a que el motrileño saque dinero charlando despreocupadamente y mirando a las personas que andan en ambas direcciones por delante de nosotras. Entre la gente que pasa en ese momento hay una mujer en silla de ruedas paseando con un familiar o un amigo; y debajo de la silla de ruedas hay un perrito  negro con algunas manchas blancas, que camina perfectamente acompasado a la velocidad de la silla que lleva sobre su cabeza para resguardarse del sol.

"Te de Granada" by akenoomokoto

viernes, 22 de abril de 2011

Tres tristes tigres

Lo que no dijimos nunca a nadie fue que nosotras también hacíamos cositas debajo del camión. Pero todo lo demás lo contamos y toda la gente del pueblo lo supo enseguida y venían a preguntarnos y todo. Mami estaba de lo más orgullosa y cada vez que venía alguien de visita a casa, lo mandaba pasar y hacía café y cuando el café estaba servido, la gente se lo tomaba de un viaje y luego dejaban, despacito, la taza, con mucho cuidado, como si fuera de cáscara de huevo, encima de la mesita, y me miraban riéndose ya con los ojos, pero haciendo ver que no sabían nada, muy inocentes en la voz, haciendo la misma pregunta de siempre, <<Muchachita, ven acá y dime, ¿qué cosa estaban haciendo ustedes debajo del camión?>>

Extracto de "Tres tristes tigres" Guillermo Cabrera Infante



domingo, 17 de abril de 2011

Dogville



¿Qué pasa cuando una fugitiva llega al pequeño pueblo de Dogville? ¿Conseguirá que los pueblerinos acepten esconderla o la entregarán a la policía?

El argumento de esta película me recuerda a la psicología de los grupos. ¿Qué parte de la psicología de los grupos? Un líder, aunque en este caso algo dudoso; un grupo más o menos heterogéneo pero unido por una identidad común (pertenecer al pueblo); y sobre todo la reacción de los integrantes del grupo a un posible nuevo miembro. ¿Se sentirán mal por sus acciones éticamente muy dudosas hacia la nueva miembro o el sentimiento de pertenencia al grupo o el hecho de no recibir ningún castigo les harán no pararse a pensar en este tema?

¿Es vanidoso pensar que nadie es malo en el fondo, que todos tienen un por qué o un atenuante, o que el contexto haría que cualquier persona hiciera lo mismo? ¿Tú que harías si estuviera en tu mano ayudar a la humanidad a ser mejor?

La película está dividida en un prólogo y 9 capítulos narrados como un cuento. Un detalle curioso es que el pueblo se ve como lo veríamos desde un plano arquitectónico:  dibujos hechos con tiza en el suelo con los que se pueden delimitar las casas de los habitantes del pueblo y sus habitaciones, los bancos, los setos de las casas...



Una película para reflexionar y disfrutar.

martes, 5 de abril de 2011

Consejos

Consejos del día:

- haz una lista de cosas buenas de ti mismo
-inventate una canción, o cámbiale la letra a una, relaciona la canción con lo que estés haciendo en ese momento
-acepta una crítica y perfecciónate con ella
-permítete flaquear por unas horas... saldrás como un fénix de tus cenizas
-lánzate, salta sobre uno de tus miedos aunque sea solo una vez al día
-haz quejoterapia con un amigo, a las pocas horas descubrirás que en realidad aquello de lo que te quejabas no tiene importancia
-tírale los tejos a alguien
-haz un organigrama con tus problemas, y según las circunstancias las posibles soluciones a las que quieres llegar
-dile a un conocido por qué te cae bien
-ayuda a alguien
-reconoce que no sabes algo... investiga sobre ello y explícaselo al que te preguntó

domingo, 3 de abril de 2011

Juego

- mmm errr
- ¿qué pasa?
- no... es de pervertido o de caradura
- ¿el qué? Me gusta tu lado espontáneo
- Vamos a tener que dejar de adoptar esta posición pues se me van los pensamientos a otra cosa....
- ¡No te preocupes! Eso no es pervertido. Además hay muchas otras posturas, no tiene por qué ser solo esta.
Se me acerca muy rápido, casi sin que me dé cuenta, y otra vez estamos a unos pocos centímetros el uno del otro. Un instante que se hace eterno. ¿Qué hago? ¿Qué hacemos? Está pasando mucho el tiempo... rozo mi nariz contra la suya, como mi madre me decía de pequeña que eran los besos de los esquimales.

Nos reímos y comentamos el momento. Seguimos hablando pero hay un hilo filótico* de tensión que nos une, o eso creo yo. Ahora yo tengo permiso para hacer el amago, pero no me atrevo...no es sólo un juego, en realidad estoy demasiado a gusto y me gustaría repetirlo muy a menudo ¿Sigue siendo un juego entonces...? Mi subconsciente me dice que no
Seguimos hablando, a veces detecto posturas “perfectas”, pienso en acercarme, y me pongo nerviosa. Me gusta esa sensación, me hace sentirme viva.

Seguimos hablando... ¿de qué estábamos hablando? Creo que no lo recuerdo... Ya no hay más posturas adecuadas, “bah  da igual, de todas formas creo que ya no quiero hacerlo”. Una postura aceptable y de repente sin pensar digo mientras me abalanzo:
- ¡ Ahora me toca a mi! .
Se acerca rápido, con decisión y dispuesta a pararse justo a la distancia adecuada, no antes, y se para justo en sus labios. Retrocede un poco y se queda congelada de la impresión. No había pensado que podía pasar aquello.
- Que cutre- dice él
Se acerca a ella y le da un beso con los labios abiertos. Ella se acerca también, buscándolo, él la vuelve a buscar a ella Ella lo busca a él y ya no se sabe quien busca a quien por unos instantes.

Lo bueno si es breve, dos veces bueno. Se separan.

Él empieza a hablar y ella escucha, pero está nerviosa como si fuera a volver a pasar en cualquier momento.
-          Ahora me cuesta mirarte a los ojos- dice él- pero sigue hablando
Ella cierra los ojos para tranquilizarse y respira despacio mientras lo escucha. Pero no puede dejar de pensar en ello.

sábado, 2 de abril de 2011

Ascensor

Dos amigos vuelven de desayunar juntos en una cafetería. En la cafetería han hablado de la emoción de los rapi-encuentros sexuales esporádicos en ascensores.

Lo que llevan de mañana ha supuesto unas horas un tanto ajetreadas, de allá para acá, haciendo esto y aquello. Tienen prácticas en la misma planta, pero cada uno con una enfermera diferente, así que no hablan demasiado salvo coincidencias sueltas. Se suben al ascensor para volver a su planta y hablan por el camino.

Uno de ellos mira la puerta del ascensor esperando a que se cierre y al cerrarse dice:
-¡sexo desenfrenado!- con un movimiento exagerado
Ella se ríe y dice:
- ¿ Has llegado a un completo en el ascensor?- pregunta ella
- Sí
- ¿ Y cómo lo hicisteis tan rápido?
- Le fui dando a los botones hasta que terminamos. El ascensor subííííía y bajaba.
- ¡ oh dios!.
Risas picaronas.

Al final de la mañana se vuelven a juntar en el ascensor para bajar a los vestuarios.
Él se queda mirando expectante como la puerta del ascensor se cierra, ella se da cuenta. Justo cuando la puerta se cierra ambos se giran mirándose en un movimiento rápido abriendo los brazos con las palmas mirando al techo (como si acabaran de terminar un espectáculo, y fueran a inclinarse para recibir los aplausos pero con un movimiento más exagerado y veloz)
- ¡Sexo desenfrenado!- gritan al unísono