Pedro y Teresa reñían. El primero le tenía celos a la segunda. Ésta, sólo quería jugar.
Estaban dentro de casa, que a su vez formaba parte de un pequeño pueblo rural del área metropolitana de una gran ciudad. Los habitantes de este pueblo estaban tensos debido a la mala gestión ambiental del gobierno de la provincia.
Manel, la hormiga, los observaba a todos dentro de su terrario. Ver cómo se comportaban los humanos siempre lo relajaba.
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