lunes, 28 de febrero de 2011

Las constantes vitales se normalizaron

Se encuentra en un pequeño dilema. ¿Qué hace? ¿Se queda en la soledad que tanto ansía o intenta no dejar traslucir a sus acompañantes como se encuentra?

"Si me levanto y dejo el café con algún pretexto inteligente, no se notará la turbulencia alterando el curso de electrones entre mis neuronas. Pero no tengo la fuerza necesaria, ¿y si ven un destello de duda, de indecisión?... ¿me pescarán? Quiero que mis pensamientos sean sólo míos y me veré obligada a desairar con una negativa a mis acompañantes de cafetería."

Decide esperar, esperar a quedarse a sola. Se mete en la ducha. ¿Por qué se siente mal? "A ver, me siento mal por esto, por esto y por esto" dice en voz alta para poder ordenar su caótico desorden de pensamientos. Al principio escucha su propia voz, y luego se sorprende escuchando sus pensamientos y articulando las palabras con la mandíbula pero sin emitir sonidos, gracias a esto el proceso es un poco más rápido y sigue con la atención centrada en lo que hace. Sopesa sobre lo que puede intervenir y lo que no.

Ya conoce las causas de los sentimientos que, considera, le provocaron nerviosismo, un poco de taquicardia y puede que una leve subida de tensión que acostumbra a estar baja; y gracias a eso consigue llevar todas estas constantes vitales a un ritmo más fisiológico. Se siente una persona más otra vez, seguramente una buena persona. Se conoce algo mejor: a sí misma y a sus miedos.

Ahora, por fin, puede disfrutar de su soledad.

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